El rastreo y la indexación afectan sobre todo a variables como la arquitectura web, las meta robots, los robots.txt, los sitemaps, o los enlazados tanto internos como externos.
Es fundamental que hagamos un análisis del nivel de indexación por varias razones. Tenemos que tener muy claro qué páginas son las que queremos posicionar. De nada vale tener un montón de contenido indexado si no está cumpliendo su objetivo de conversión, en algunos casos incluso convendría desindexar algunos de esos contenidos.
De nuestro análisis podemos sacar datos cuantitativos y cualitativos. Podremos saber qué contenidos están indexados, cuáles no, por qué no estamos indexando lo que queremos. etc. Lo más importante es que entendamos que debemos indexar solo aquello que tiene demanda orgánica, el resto no tenemos por qué indexarlo y de hacerlo podría pasarnos factura.
Por otro lado, si detectamos muchos problemas a raíz de nuestro análisis, debemos establecer un orden a la hora de implementar las soluciones.
De ponerlo todo en marcha a la vez podríamos pasar por alto qué es lo que ha funcionado bien. Finalmente y en definitiva, no perdamos de vista que el SEO tiene que estar siempre de la mano de los objetivos de negocio del proyecto. Lo principal es que el cliente genere ingresos a través del tráfico que hemos captado.