Alexandria Ocasio-Cortez, una joven del Bronx de 28 años de familia puertorriqueña, hizo historia la semana pasada en Nueva York al derrotar al representante demócrata Joe Crowley, un político bien situado en el partido hasta el punto de que se hablaba como posible nuevo líder en la cámara tras Nancy Pelosi.
Alexandria captó la mayoría del voto millenial, y la campaña se dirigió a la propia candidata para lo que, sin duda, se convertirá en una de las identidades de campaña política más icónicas de la historia. La fotografía, de Jesse Korman, muestra a Ocasio-Cortez con una mirada fuerte, confiada y optimista mirando fuera de la cámara -en una dirección en la que el logotipo y la tipografía estaban en ángulo- y con un estilo bastante perfecto, desde la elección del vestido hasta el peinado. Se las arregla para ser modesto, honesto y asertivo. La fotografía funciona maravillosamente con la tipografía, la paleta de colores y casi cualquier diseño que le arrojes, desde el ajuste del vehículo hasta el botón.
Las aplicaciones son bastante sencillas, llevan el logotipo o alguna versión de él en diferentes colores. En su ángulo y audacia, sin embargo, encuentra una fuerte presencia consistente que hace que la línea sea fácilmente identificable en las calles.
